jueves, 20 de enero de 2011

Revolución silenciosa, ahora los amantes del vino piden caldos de "viñedos únicos"




Una revolución silenciosa tiene lugar entre los vinos nacionales de alta gama. Surge un nuevo paradigma motivado por un puñado de etiquetas que anuncian, en letra de molde, la llegada de los Single Vineyard.

Para la gran mayoría de los consumidores, que compran vinos de menos de $30 y no frecuentan las vinotecas, este movimiento es invisible. Pero para el consumidor atento que está a la caza de novedades, los signos son evidentes. Y si hasta hace algunos años compraba vinos de una misma variedad para compararlos, el paso siguiente es comenzar a comparar zonas. Y la forma más sencilla de hacerlo es a través de los Single Vineyard.

Qué tienen de especial

Un Single Vineyard (cuya traducción del inglés es “viñedo único”), es un tipo de vino muy particular. Está elaborado con uvas de un viñedo único y declarado, cuya característica gustativa es sobresaliente. Y por tratarse de una identidad singular, se embotella por separado, para lograr destacarla y así conseguir una verdadera radiografía de terruño en determinado momento. Así nacen estos vinos por los que hoy se desviven los consumidores de vanguardia.

Pero los Single Vineyard no son un invento local. Forman una movida antiquísima, que en Francia dio origen a los Crus de diversas categorías, en Portugal a las Quintas de Porto y en España a los vinos De Pago. Ahora ganan terreno entre los productores del nuevo mundo, como Australia, Estados Unidos, Chile y Nueva Zelanda.

En Argentina, todo comenzó en 2003, con el lanzamiento de los Single Vineyard de Alta Vista. En aquel entonces, la categoría era una marca comercial que pertenecía a la bodega y que nadie más podía usar. Pero en 2007 la cedió al Instituto Nacional de Vitivinicultura y al dominio público, para que la categoría pudiera ser utilizada, tanto en inglés como en sus diversas traducciones, con la única salvedad de que se empleara para aquellos vinos elaborados de un viñedo con indicación geográfica registrada.

Desde entonces, cada vez más las bodegas apuestan por darle protagonismo a sus viñedos especiales. En la actualidad son más de una veintena y en tan sólo cinco años lograron que la categoría crezca hasta convertirse en la que marca la pauta en el segmento de vinos de alta gama.

El origen es todo

En nuestro mercado hasta ahora existían los vinos varietales y los blends. Los primeros son elaborados al menos con el 85% de una misma variedad de uva; mientras que blends, assemblages o corte son aquellos en los que ninguna variedad alcanza el 85 por ciento. Con esta división, la gente pudo hacerse una idea más compleja del vino argentino: ya no solo distinguirlos por la marca –en el caso de los blends-, sino también por la variedad, sin importar, al menos en principio, la procedencia de la uva.

Pero los varietales permiten competir (el Cabernet de Pedernal en San Juan es frutado, el de Maipú resulta más especiado; el Chardonnay de Tupungato es frutado y cítrico, el de Ullúm huele a frutas tropicales). De forma que el paso siguiente, y como corresponde a un consumidor que crece en curiosidad y formación, le toca el turno al terruño. Ahí es donde los Single Vineyard comienzan a jugar un papel clave.

La posta la tomaron las bodegas que tienen viñedos viejos y bien ubicados, como Luigi Bosca, Catena y Trapiche, además de Alta Vista. Son las que conocen bien qué patrimonio vitícola tienen y pueden sacarle partido. Pero no son las únicas. El año que viene, se espera el lanzamiento de varios Single Vineyard, y en tal sentido Salentein y El Esteco lo confirmaron off the record.

Los esenciales, para conocer los Single Vineyard argentinos

Finca Perdriel Malbec Colección ($60). Es la gama Single Vineyard de Norton, aunque no está declarado el concepto, pero sí el origen: la finca donde está emplazada la bodega, en Perdriel, Luján de Cuyo. Una vieja finca, en se encuentran las plantas más preciadas de la casa y entre las que se destaca este Malbec, de aromática diáfana, y una boca elegante y de taninos finos. Norton usa el concepto Selection Vineyard para su gama de exportación, que no está disponible en Argentina, por ahora.

Lamadrid Bonarda Single Vineyard Reserve 2007 ($60). Todos los vinos de bodega Lamadrid son Single Vineyard, con base en Agrelo, Luján de Cuyo, para diferenciarse de otras marcas que elabora Héctor Durigutti, su enólogo, que siempre hace blends zonales. Y el Bonarda destaca por lejos en el panorama de la casa. Un tinto high class, que le marca un nuevo rumbo a la variedad, reconocido internacionalmente. Perfumado con notas florales, discurre con el paso blando de un buen Bonarda y con el peso propio de los tintos profundos.

Pura Sangre 2005 ($80). Vino insignia de Domain Saint Diego, la bodega que conduce el reputado enólogo Angel Mendoza. Su vino estrella está entre los pocos Single Vineyard que pueden demostrar, a la fecha, al menos diez cosechas en su haber. El viñedo está ubicado en Lunlunta, Maipú, y produce Cabernet Sauvignon y Malbec que forman el corte. Fino, de trama elegante, en la garganta es suave como un foulard de seda.

Barrel Fermented Pinot Noir 2007 ($80). Familia Schroeder plantó nuevos viñedos en San Patricio del Chañar, entre los que destacan sus selecciones clonales de Pinot Noir, pioneras en la región. De esos viñedos, eligió el mejor y elabora este Single Vineyard que dice en su etiqueta hasta la parcela (nº14) de la que fue cosechada la uva. Un tinto elegante, aromático y envolvente.

Malbec DOC Luigi Bosca Single Vineyard 2008 ($100). Con más de cien años en el ruedo, familia Arizu tiene un tesoro: sus fincas ubicadas en las regiones más prestigiosas de Luján de Cuyo, Mendoza. Una de esas es La Linda, en Vistalba, donde cultivan sus mejores Malbecs, un viñedo de 70 años plantado en los faldeos de los cerros a 960 metros sobre el nivel del mar. El vino cumple con la Denominación de Origen Controlada y es violeta profundo, destaca por su aroma frutal y ligeramente especiado, que se desenvuelve en una boca elegante y estructurada a la vez.

Fin Merlot 2007 ($110). Bodega del Fin del Mundo sorprendió en 2009 con el lanzamiento de una línea de varietales Single Vineyard, en la que destacaban claramente dos vinos: el Cabernet Franc y este Merlot. Cultivados en la región del San Patricio del Chañar, buscan iniciar un camino de reconocimiento sobre el terruño neuquino. Un vino contundente, de apreciable aromática frutal y un andar cadente, fluido y acompasado, que llena la boca con un sabor diáfano de cerezas y madera de roble.

Finca Quara Malbec Single Vineyard 2008 ($110). Finca Quara tiene claro que El Recreo es su mejor finca en Cafayate, cuyos viñedos trepan la falda de los cerros hasta donde llega el riego. De ahí que sacara tiempo atrás una gama de Single Vineyard con esa procedencia. El vino es profundo, especiado como buen Malbec salteño, intenso y potente al paladar, pero de taninos suaves, con trazos de roble evidente.

Alta Vista Single Vineyard Alizarine 2007 ($160). Las Compuertas es un distrito de Luján de Cuyo, Mendoza. Como sugiere su nombre es donde históricamente se encausaba el agua del río Mendoza y, por lo tanto, la zona plantada con vides más alta de la región. Es famosa por sus Malbecs equilibrados y bien aromáticos. Alta Vista tiene allí un viñedo de ocho hectáreas llamado Alizarine –a 1050 metros sobre el nivel del mar- de donde proviene este vino. Entre los más reputados vinos del país (92 puntos Parker y 91 Wine Spectator) es un Malbec legendario al paladar: pura elegancia y definición varietal. De los tres Single Vineyard de la marca, es el que más nos gusta.

Cadus Single Vineyard Mendoza 2006 ($260). La bodega fue una de las pioneras en trabajar sobre el concepto de Single Vineyard, pero hasta que la denominación no estuvo disponible no etiquetó sus vinos como tales. El viñedo está ubicado en Vistalba, al pie de la bodega. Un tinto complejo, aromático, con una boca rica y jugosa, que lo hacen muy seductor.

DV Catena Vineyard Desiganted Nicasia Malbec 2003 ($270). La línea DV de bodegas Catena propone un reconocimiento al terruño. Desde sus conocidos Malbec-Malbec (que combinan dos orígenes declarados) a Nicasia, la única diferencia es que este último es un Single Vineyard: sus uvas provienen de un viñedo alto y frío en Altamira, Valle de Uco, al pie de la cordillera frontal, donde se producen algunos de los mejores Malbecs de Argentina: vinos fuera de serie, como éste.

Trapiche Single Vineyard Victorio Coletto ($340). Un caso curioso. Más que nada porque la bodega elabora sus Single Vineyard de acuerdo a un patrón distinto: selecciona a los mejores tres productores de uva que en un año singular le entregan la mejor materia prima, y los elabora por separado. Así nace Victorio Coletto, tomando el nombre de un productor histórico de Tupungato, a 1127 metros sobre el nivel del mar en Valle de Uco, cuyo Malbec de 50 años es apreciado por su fineza, expresión y concentración de boca. Eso es precisamente lo que vas a encontrar en este vino, que le suma al terruño una larga crianza en roble.

Fuente: Planeta Joy / Vía: Club House - MDZonline.

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