El hecho se produjo en 1993, cuando un hombre murió por consumir vino que contenía alcohol metílico. El organismo deberá pagar más de 500 mil pesos a la familia de la víctima. El titular del INV aseguró que los controles mejoraron desde entonces.
por Christian Sanz
En el marco del fallo que condenó al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) a indemnizar por daños y perjuicios a los hijos de un hombre muerto por la ingesta de vino adulterado en el año 1993, el presidente de ese organismo, Guillermo García, dio una conferencia de prensa a efectos de dar precisiones al respecto. Lo hizo en compañía de dos relevantes subgerentes de esa dependencia: el de Planificación, Daniel Siragusa; y el de Asuntos Jurídicos, Gabriel Bertranou.
García comenzó su exposición dando detalles de los controles que se hacen desde el INV sobre el vino en particular, y el alcohol en general. “Hacemos control a través de la toma de muestras en góndolas, en bodegas y ahora vamos a hacer control de las exportaciones”.
En tal sentido, el funcionario aseguró que se están incorporando nuevas tecnologías para el análisis, tales como el “seguimiento satelital de los camiones, un plan de contingencia ante intoxicaciones y se encuentra en marcha para un proyecto para reequipar los laboratorios existentes, a la vez que se están armando tres laboratorios móviles para control en ruta, especialmente enfocado en el control de metanol”.
A la hora de hablar del fallo condenatorio, el funcionario aclaró que la responsabilidad de INV era relativa, ya que el hecho ocurrió en el 93 y la ley Nacional de Alcoholes “por lo tanto no podíamos controlar a las destilerías. Lo que pasó desnudó una realidad que es que no había control sobre los alcoholes. La ley 24.566 le otorga las facultades al instituto y se tomaron un montón de medidas al respecto".
“Ustedes hablan de alcohol, pero no es el punto cuestionado por la Justicia, ya que la ley no existía aún. Acá se habla de vino”, inquirió MDZ.
“Es verdad, lo que ocurre es que la ingesta de vino sí estaba bajo el control del instituto desde el año 1959”, respondió García.
Posteriormente, habló el subgerente de Asuntos Jurídicos del INV, Gabriel Bertranou, quien aseguró que se estudiaría el texto de la sentencia de la Cámara y eventualmente se apelaría ante la Corte Suprema. “Estamos estudiando algún aspecto que nosotros podamos cuestionar para ir a la Corte de la Nación”.
En caso de no conseguir revertir la situación, el funcionario admitió que se pagará a los familiares del hombre muerto con bonos estatales, a través de la ley de Consolidación de Deudas del Estado.
En sentido similar, Bertranou explicó que en otros expedientes judiciales, donde se reclamó por el mismo tema, ya que hay 25 fallecidos por ingerir vino adulterado, se logró pagar “un 30% menos que lo que reclamaban los familiares de los muertos”.
El caso hace referencia directa al grave problema que debió enfrentar la industria vivitivinícola nacional luego de que el vino elaborado por la familia sanjuanina Torraga provocara las muertes citadas gracias un alto contenido de alcohol metílico, popularmente conocido como alcohol de quemar.
En la maniobra de adulteración del vino de marca Soy Cuyano, estuvieron involucrados tanto el enólogo de Torraga como un funcionario del INV que se desempeñaba en la delegación en la provincial vecina.
Tras más de 10 años que duró el proceso por el reclamo que ahora deberá asumir el INV en forma solidaria, la condena al INV surge luego de que el principal imputado, Mario Arnoldo Torraga, está en libertad hace varios años.
Luego de la repentina conferencia de prensa, la sensación que quedó flotando en el aire, ha sido la de un grupo de funcionarios intentando justificar su propio fracaso en el marco de una veintena de expedientes por envenenamiento.
La severa condena al INV, confirmada en segunda instancia por la Cámara, por un monto que se espera que supere los 500 mil pesos —algo pocas veces visto en delitos de este tenor—, es todo un dato que no puede excusarse en las técnicas definiciones de sus propios responsables
No hay comentarios:
Publicar un comentario