lunes, 25 de agosto de 2008

Usar la nariz

El olfato, uno de los sentidos requeridos para lograr apreciar y gozar de uno de los atributos del vino, puede, a veces, ser potenciado por un gran sentido de la aspiración. Una gran nariz puede ser sinónimo de gran catador. El menos la historia así lo consigna.

Aunque la relación sólo puede ser establecida, ahora por lo que sucede en la vida real, analicemos el caso de Cyrano de Bergerac (1619-1655), quien portaba con tanto orgullo su nariz como le permitía su fuerte personalidad. En la película Cyrano es interpretado por un gran conocedor del vino, un francés, Gérard Depardieu, bodeguero y actor.

Pero la historia "del narigón del vino" viene de la mano de la memoria de Jimmy Durante, acusado por el título de mezvan.blogsome.com como "de catadores, humoristas y seturos".

Dice el informe de reciente publicación:

Acá solo les iba a mencionar a Jimmy Durante pero al investigar me encontré otro par de personajes que comparten las misma curiosidad que él.

Durante fue un humorista estadounidense, cuya gran nariz, apodada ‘Schnozzola’, se convirtió en la seña de identidad de sus actuaciones y posiblemente fue uno de los primeros sino el primer humano en asegurar su nariz.

En ese orden de ideas, Ilya Gort, un músico holandés, aseguró su nariz en el 2003 por 5 millones de euros y todo esto porque, según él, la nariz es su activo más importante porque un buen sentido del olfato es esencial para garantizar la calidad de sus vinos.

Lo mismo hizo el rey de los catadores de jerez españoles, José Ignacio Domecq, al que se conocía con el mote de "La Nariz".

Sin embargo, esta póliza también tenían que ver con la imagen, dado que la nariz de Domecq era entonces un rasgo clave en una campaña publicitaria de jerez.

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