jueves, 9 de diciembre de 2010

Nuevos y viejos conocidos: brindando con vino griego


La convocatoria, en la sede de la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV) en París, tenía su atractivo: "Grecia, castas y terruños: Invitación a una ruta sensorial para el descubrimiento de la metamorfosis del vino de Grecia". La cata, organizada por la Embajada de Grecia en Francia, era una buena ocasión para conocer el panorama vitivinícola griego y algunos de sus vinos. Diecinueve bodegas de diferentes partes de Grecia presentaron sus vinos.

Se empezó por una interesante charla impartida por Yiannis Paraskevópulos, enólogo por la Universidad de Burdeos II, y directivo de Gaia Wines, una de las bodegas participantes, que expuso la situación actual del vino en Grecia, un país que produce menos del 3% del vino que se elabora en Europa, aproximadamente 4 millones de hectolitros. Cuentan con unas 30 denominaciones de origen y un centenar de vinos regionales.

Las diferencias del tipo de suelos y del clima entre cada una de estas zonas son considerables, anque lo más considerable es el potencial vitícola griego, con 300 castas indígenas, algunas todavía sin injertar. Los rendimientos son relativamente bajos, con una media que ronda los 50 hl./ha. Predominan los blancos (60%), frente a los tintos (40%). Las 500 bodegas producen unos 5.000 vinos. El tamaño medio de las explotaciones vitícolas es de 1 hectárea, aproximadamente. El 17% de la producción se destina a la exportación, que va casi íntegramente a la Unión Europea, aunque se empieza a apreciar un interés creciente por parte de los mercados estadounidense y canadiense.

Es inevitable que en un contexto como el actual se haga referencia a la crisis económica. Para Yiannis Paraskevopoulos "no hay crisis internacional, hay crisis griega". El mercado nacional he sufrido una caída sin precedentes. Muchas de las bodegas que iniciaron su andadura en los últimos años han tenido que cerrar sus puertas al no poder hacer frente a las deudas contraídas con los bancos. Las únicas bodegas que están sobreviviendo a esta situación son las que están fuertes en la exportación.

Desde luego, la vid no es algo nuevo en Grecia: está presente desde los tiempos más antiguos, y forma parte intrínseca de su cultura. No obstante, sólo hace una quincena de años que los 'nuevos vinos' de Grecia entraron en la escena vitivinícola mundial. Grecia sorprende por su arsenal de castas autóctonas, lo que le permite contar con un buen elemento a favor para afrontar la fuerte competencia del mercado actual. La mayor parte de estas variedades tienen un carácter y una originalidad bien marcados. Otro elemento que refuerza al vino griego de hoy es la buena relación calidad/precio que ofrece. Su debilidad, además de la crisis general, está en la falta de consumo interno.

Grecia es un país de pequeño tamaño en lo que a viticultura se refiere, con una superficie de viñedo que ronda las 113.000 hectáreas, mientras que el número de viticultores se acerca a los 180.000. Por consiguiente el sector vitícola está muy fragmentado, la tamaño medio de los propietarios es ligeramente superior a media hectárea.

Los mayores centros vitícolas están situados en Creta, en el Peloponeso, en Macedonia y en la región de Grecia Central, es decir, cerca de Atenas, en las prefecturas de Ático y Beocia. En términos de Denominación, es la de Néméa la más importante respecto a los vinos tintos, mientras que la de Patras destaca por los blancos secos. Samos está en cabeza de blancos dulces y Patras de los tintos también dulces, en este caso con la variedad mavrodaphne. 28 regiones están reconocidas como OPAP (el equivalente griego de VQPRD) o OPE (equivalente griego de AOC), que ahora han obtenido la mención de AOP. Las Denominaciones más importantes son AOP Santorini (vinos elaborados con la casta asirtiko), Nemea (aguiorguitiko), Mantia (moschofilero), Nausa y Aminteo (en ambas se utiliza la variedad xinomavro). Además, 96 regiones se benefician de la Indicación Geográfica Protegida (IGP), nuevas siglas que agrupan todos los vinos del país. En términos de producción vitivinícola, Grecia se divide en cinco zonas: la Grecia del Norte (que comprende Tracia, Macedonia y Epiro); la Grecia Central y el Ático; el Peloponeso y las islas Jónicas; Creta; y las Islas del Egeo.

Castas blancas y tintas

Respecto a las blancas, las castas griegas más importantes son:

- la asirtiko, de la que se obtienen vinos con una buena estructura, una fresca acidez y un elevado grado alcohólico, con una boca marcada por los aromas de cítricos y una intensa mineralidad;
- la moschofilero, con un gran carácter floral, donde dominan los pétalos de rosa, los cítricos y los frutos frescos, mientras que en boca destaca por la frescor de sus sabores, una acidez refrescante y un nivel de alcohol más débil;
- la aidani, cuyos vinos minerales, elegantes y florales, cuentan con una fresca acidez y textura redonda; la athiri, con vinos frescos y afrutados, de moderada a fuertemente alcohólicos, con una suave acidez;
- la debina, con aromas de limón, una fuerte acidez y un cuerpo ligero, donde generalmente el alcohol no destaca demasiado y de la que se obtienen excelentes vinos efervescentes;
- la malagusia, con un perfil aromático intenso, complejo y singular, acidez moderada, y gran concentración y plenitud en boca, cuyos vinos envejecidos en barrica desarrollan un gran potencial de guarda;
- la moscatel (de Samos, que es la de Alejandría), de la que se obtiene una notable complejidad de intensos sabores florales y de frutos maduros en sus vinos, densos, ricos, con una acidez moderada, una buena estructura y gran potencial de guarda;
- la robola (la ribolla de Italia), que da vinos aromáticos, con delicadas notas minerales y cítricas, con buen equilibrio y complejidad en boca;
- la roditis, de la que nacen vinos con una fruta potente, tanto en nariz como en boca, con una estructura amplia y densa, y un final cítrico muy refrescante;
- la savatiano, con la que se consiguen vinos de gran y elegante intensidad aromática y una estructura amplia y equilibrada en boca; y la vilana, con un perfil aromático floral y especiado, de moderado a intenso, sobretodo cuando procede de viñedos más fértiles.

Para los blancos, en Grecia también están presentes las más importantes castas internacionales, entre las que cabe destacar la chardonnay y la sauvignon blanc. En cuanto a tintas, en Grecia están presentes diversas castas, destacando como en casi todas partes la cabernet sauvignon, la merlot y la syrah.

De las castas tintas autóctonas, trabajan principalmente con:

- la aguiorguitiko (cuya traducción sería 'San Jorge'), con la que se obtienen unos vinos que criados en barrica de roble, presentan un aspecto oscuro con carácter concentrado, donde dominan los frutos rojos y una buena complejidad aromática, mientras que en boca son ricos con taninos maduros, y en versiones más jóvenes, resultan vinos fáciles de beber, con una acidez media y suaves taninos;.
- la xinomavro, parecida a la piamontesa nebbiolo, con un aspecto vivo, una buena estructura y un perfil aromático complejo;
- la kotsifali, de color pálido, una casta típicamente mediterránea, fuertemente alcohólica, con aromas de frutos rojos y acidez moderada;
- la liatiko, con la que se consiguen vinos de una intensidad de color media, aromáticos y también con acidez moderada;
- la limnio, una vieja casta que ya llegó a citar Homero, con aromas que nos recuerdan las hierbas frescas, mientras que en boca se manifiesta medianamente tánica y relativamente débil en cuanto a acidez;
- la mandilaria, la casta con más color de Grecia, que da vinos con una relativa falta de cuerpo pero muy rica en ácidos y taninos;
- la mavrodafne, con la que habitualmente se obtiene un vino dulce natural con tonalidades roja ligeramente ámbar, aunque también da vinos secos prometedores;
- la mavrotragano, un redescubrimiento reciente que da vinos con un aspecto denso y oscuro, una nariz concentrada y una boca rica con taninos elegantes.

En la degustación en la sede de la OIV estaban presentes los vinos de Miliarakis Winery, de Peza, y Domaine Economou, de Sitia (ambas en Creta); Gaia Winery, Hatzidakis Winery y Santo Wines, las tres de la isla de Santorini; Domaine Sklavos, de la isla de Cefalonia; Domaine Kir Yiannis y Domaines Dalamara & Thymiopoulos, de Nausa; Doamine Gérovassiliou y Kachris Winery, de Salónica; Domaine Biblia Chora, de Kabala (Macedonia); Gaia Winery, Domaine Lantides, Domaine Papantonis y Domaine Skouras, de Nemea; Parparousis Winery, de Patras; Domaine Theodorakakos y Domaine Vatistas, de Laconia (Peloponeso); y Domaine Tsinas-Météoro (Tesalia).

De entre los vinos que pude degustar me gustaría destacar el Meden Agan 2004, 100% aguiorguitiko, elaborado por la explotación vitícola Papantonis, en Nemea (Peloponeso), donde Antonis Papantonis, diplomado en economía en Estados Unidos, ha consagrado los últimos años a la cultura de una sola casta, la aguiorguitiko, con el fin de obtener un tinto de calidad superior. Un vino color rojo rubí, oscuro y franco, con sabor aterciopelado, suave, redondo y con un largo final en el paladar, con aromas de frutas maduras, y cuyo envejecimiento le ha conferido notas especiadas y de avellanas, de fresas y de moras. Un gran vino de guarda.

Gaia Wines dispone de dos propiedades vitícolas situadas en las dos AOP más prometedoras de Grecia. La primera se encuentra también en el Peloponeso, en Nemea, donde trabajan exclusivamente con la tinta aguiorguitiko, y la segunda está situada en la Isla de Santorin, en el Mar Egeo, donde elaboran con la casta blanca asirtiko. El objetivo de Gaia Wines es presentar el potencial de las variedades autóctonas griegas en los mercados internacionales. El 40% de su producción se exporta a diferentes países europeos, a Estados Unidos, Canadá, Australia y Brasil. El Gaia Estate 2006 (AOP Nemea), monovarietal de aguiorguitiko, presenta un color rojo profundo con tonalidades violeta; aromas de cassis, especias y recuerdos discretos a madera; amplio en boca, con unos taninos muy suaves, con buena intensidad, finura y complejidad. El Thalassitis 2009 (AOP Santinori), es un blanco seco 100% asirtiko, en el que se aprecian aromas de madreselva, fino en boca, mineral y vivo, con una gran personalidad y con una capacidad de envejecer de 3 a 5 años en buenas condiciones de conservación.
El Domaine Kir-Yiannis fue fundado en 1997 por Yiannis Boutaris, una de las grandes figuras del sector vitivinícola griego, después de dejar el grupo Boutari Wine, la cuna de la empresa familiar erigida por su abuelo en 1879. Los vinos del Domaine Kir-Yiannis se producen a partir de las uvas que se obtienen de las parcelas en las regiones vitícolas de Nausa y Amyndeon, sobre las dos vertientes del monte Vermion, en el noroeste de Grecia. El Ramnista 2007 (VQPRD Naoussa), es un tinto seco 100% ximomavro, que realizó la fermentación maloláctica en barricas de roble francés nuevas de 225 l., y que tuvo una crianza de barricas de dos a tres años durante 12 meses. Un vino con un color rubí reluciente, en el que aromas de ciruelas, frambuesas, cuero y roble se conjugan armoniosamente con algunas notas minerales terrosas. Un vino concentrado, de textura fina y con delicados taninos, que refleja la filosofía de Kir-Yianni de aspirar a la innovación, respetando la tradición y el conocimiento del vino, desde la viña hasta el consumidor final.

El Domaine Biblia Chora está situado sobre las vertientes del Monte Pangeon, en la localidad de Kokkinohori, cerca de la ciudad de Kavala. Esta zona cuenta con una larga tradición vitícola y el nombre de la bodega es como se llamaba antiguamente la región. Los bordes elevados del Monte Pangeon, la brisa fresca que llega del golfo Estrimónico y los suelos silíceos, contribuyen a formar las condiciones ideales para el cultivo de la viña. La bodega está ubicada en el medio de un viñedo de 35 hectáreas, y producen un total de 11 vinos. El Areti 2008 es un tinto monovarietal de aguiorguitiko, que procede de las primeras cepas de esta casta que fueron cultivadas fuera de Nemea. Un vino que después de 10 meses de crianza en barricas de roble nuevas, presenta un color rubí profundo, aromas de cereza –típicos de la variedad-, que armonizan extraordinariamente con notas de vainilla y de especias. El Areti 2009, es un blanco 100% asirtiko, un vino particular con un color amarillo con reflejos verdosos, en el que se distinguen aromas de flores blancas y de cítricos, con una boca rica, afrutada, dotada de una agradable acidez, grasa y muy bien equilibrada.

Por último, en este pequeño recorrido por la nueva vinicultura enmarcada dentro de un país con un pasado vitícola histórico, destacar la sociedad Minos Miliarakis Winery, la primera empresa creada en Creta, cuya fundación se remonta a 1932, cuando Antonis Miliarakis, bisabuelo de la generación que dirige la bodega en nuestros días, inició esta aventura vitivinícola que sigue viva en la actualidad. La bodega está situada en el corazón de la principal región vitícola de Vreta, la AOC Peza, y se encuentra a 15 km. Al sur de la ciudad de Heraklion, centro económico de la isla. Producen vinos blancos, rosados y tintos, principalmente secos, y mayoritariamente procedentes de castas locales como la vilana, la malvasía de Candia y la vidiano, para blancos; y la kotsifali y la mandilari, para tintos. En el transcurso de la elaboración del Vidiano 2009 (100% vidiano), se lleva a cabo una maceración pelicular y la vinificación a baja temperatura en depósitos. En este vino podemos apreciar la redondez habitual de la variedad, discretamente aromática con un lado mineral y salino. En boca se presenta graso, con un final en el que predomina la manzana verde. Vino con buena estructura y longitud.

Fuente: elmundovino.elmundo.es

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