jueves, 12 de agosto de 2010

El Malbec podria pasar de moda


La profesional Sofía Pescarmona, guía empresaria de Lagarde, en un reciente reportaje lanzó: "Hay un riesgo y es que el Malbec pase de moda y caigan las ventas al mundo". Aconsejó fortalecer el conocimiento de "nuestras regiones y subregiones para que el Malbec no sea genérico".
La empresaria Sofía Pescarmona recientemente anunció sobre un posible riesgo de que el Malbec, variedad emblemática argentina, pase de moda y por lo tanto "caigan las ventas al mundo".

Esto lo dijo en un reportaje reproducido por IProfesional, donde además ofreció consejos para fortalecer la imagen del Malbec en el Globo.

A continuación el reportaje completo:

Si alguien armara un ranking con las bodegas más tradicionales de Mendoza, seguramente en el listado aparecerá Lagarde.



Sucede que este establecimiento tiene una rica historia por detrás: por un lado, desde hace más de 110 años viene produciendo vinos de alta calidad. Por otra parte, los destinos de la compañía están en manos de uno de los apellidos con más peso en el ámbito empresario del país.

En efecto, Sofía Pescarmona, es hija de Enrique Pescarmona -presidente del gigante metalúrgico IMPSA-, y desde hace más de ocho años está al frente de Lagarde, establecimiento que adquirió su abuelo en 1974.

Así, con menos de 30 años, un título de Relaciones Internacionales en Boston y un master en Administración de Empresas, Sofía se hizo cargo de una bodega que hoy mantiene su espíritu Pyme por sobre todas las cosas.

Su experiencia como bodeguera, los desafíos que enfrenta día a día y el futuro de la industria vitivinícola argentina, algunos de los temas que abordó en diálogo con este medio.

-Desde hace casi ocho años estás al frente de Lagarde. ¿Qué notaste en todo este tiempo en cuanto a la evolución de los consumidores en la Argentina?
-Hubo muchos cambios en el consumo de vino en la Argentina y estos cambios respondieron a circunstancias tanto sociales como económicas que se vivieron en el país. El mercado pasó de ser tradicional, con un público exclusivamente adulto a abrirse al público más joven, interesado en probar y aprender. También se abrió el horizonte el público femenino, el cual sólo tomaba vinos blancos o espumantes. Hoy la mujer es un consumidor importante y no se encasilla en una sola variedad a la hora de elegir su vino.

-¿Cómo impactó esto en la industria?
-La información transmitida a los consumidores por parte de las bodegas y la industria del vino, sumada a la gran oferta de etiquetas en cada segmento, generó un público mucho más exigente en términos de calidad de producto. Hoy el consumidor está mucho más informado sobre el tipo de vino que va a comprar, su elaboración y su maridaje ideal... busca la mejor relación precio-calidad y también quiere que el vino cumpla con sus expectativas.

En cuanto a los gustos, en estos últimos años hubo un auge en el consumo de dos cepas típicamente argentinas como el Malbec y Torrontés. Este auge fue producto de una fuerte campaña de promoción "marca-país" con fuerte repercusión en mercado interno también. También creció mucho la demanda de espumantes rosados y, para otro segmento que no es el nuestro, de frizzantes. Antes el consumidor no se fijaba en la cepa del vino que tomaba mientras que hoy es lo primero que elije, y la mayoría elije Malbec.

-Sin dudas hay una mayor selectividad…
-Exactamente. Se ha notado que en los últimos 10 años el consumidor ha cambiado sus costumbres de consumo diario. Antes era común que se tome un vino de mesa de precio y calidad inferior todos los días. Su gusto y preferencia cambió al subir uno o dos escalones en el segmento de vino a consumir (tanto en calidad como precio) y bajar un poco su frecuencia de consumo. Hoy prevalece la calidad sobre la cantidad.

-¿Y cómo respondió Lagarde a estas nuevas tendencias?
-Elevando los estándares de calidad e invirtiendo en tecnología para que nuestros vinos sigan evolucionando a la par del mercado y su demanda. Ampliando nuestro portfolio de productos para cubrir las necesidades de los consumidores, integrando Altas Cumbres, nuestra línea de vinos jóvenes que tiene un éxito rotundo y apuntando a nuevos consumidores, sin cerrarnos.

-Muchos hablan del boom del vino argentino, pero ¿qué hay de las debilidades? ¿Qué aspectos se deberían corregir para que la Argentina se consolide como jugador a nivel mundial?
-Nuestras debilidades hoy están centradas, por un lado, en una excesiva concentración de nuestra venta en el varietal Malbec. Esto tiene un riesgo y es que el Malbec pase de moda y caigan nuestras ventas. Hay que trabajar fuerte para que esto no suceda. Creo que vamos en el camino correcto ya que nuestros Malbec no son consumidos por ser económicos sino porque son de excelente calidad en muchos espectros de precios. Por otro lado, hay que fortalecer el conocimiento de nuestras regiones y subregiones para que el Malbec Argentino no sea genérico, sino que se conozcan las diferencias y sutilezas entre un Malbec de Cafayate, uno del Valle de Uco y uno de Luján de Cuyo, por ejemplo. También debemos trabajar fuerte en mostrar que en nuestro pais hacemos más que Malbec, que tenemos grandes Cabernets, Torrontés y otras variedades como la Bonarda.

-Constantemente se habla de la sobreabundancia de marcas en el mercado interno. ¿Coincidís?
-Somos muchos es cierto, este es un negocio hipercompetitivo.

-En este contexto, ¿cuáles son las claves básicas que creés fundamentales al momento de posicionar un vino entre los consumidores?
-Hay muchas estrategias y no existe una que sea exitosa por sí misma. La nuestra es tener un vino de excelente calidad, a un precio razonable y un compromiso con la mejora continua. Esto hace que el consumidor de nuestro vino siempre esté contento.

-¿En qué fase está Lagarde según el plan de negocios que trazaste desde que te hiciste cargo de la bodega?
-Estamos muy, muy bien. Me siento bien con lo que hemos hecho, pero como soy muy crítica siempre estoy viendo lo que hace falta.

-Tu padre es uno de los empresarios más importantes de la Argentina, pero siempre destacaste el espíritu Pyme de Lagarde…
Totalmente, seguimos siendo una Pyme con 50 empleados. Encuentro muchas ventajas, sobre todo el compromiso con el trabajo y la empresa, el ambiente de agradable de trabajo, la flexibilidad ante las necesidades de cada uno.

-¿En qué lugar vez posicionada a Lagarde en los próximos diez años?
-Como una de las mejores Bodegas de Argentina

-¿Qué dificultades vez que hay en la economía local para poder cumplir estas metas?
-El negocio no está fácil ya que la inflación ha incrementado mucho los costos y los precios no acompañan la pérdida de margen que se ha tenido. Uno tiene que estar analizando continuamente cómo varían los costos, márgenes, en vez de estar pensando cómo vender más, qué vinos nuevos hacer. Quita el foco y la energía de lo primordial. Me parece que es una pérdida de productividad enorme. Para ello hay que ser creativo y buscar mejorar sin jamás dejar de lado la calidad. Por eso quizás nos concentramos en generar mayor venta en sectores como turismo.

-En el plano personal, ¿cuáles son los dos o tres vinos que te gusta disfrutar en tu intimidad?
El Malbec Doc de Lagarde; el Guarda de Lagarde; un Sauvignon Blanc Chileno de Veramonte, y el Tritono de Bodega Mayol.

-¿Y qué cualidades tiene que tener el vino "ideal" para vos?
-Debe ser elegante y equilibrado, no excesivamente concentrado. Debe tener alma y, sobre todo, me tiene que gustar a mí.

Juan Diego Wasilevsky
vinosybodegas@iprofesional.com / IProfesional.com.

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